El planeta está formado
por tres capas: atmósfera, geósfera e hidrósfera.
Ellas son vitales para el
desarrollo de los seres vivos sobre la Tierra y, además, le permiten al ser
humano la realización de distintas actividades como la agricultura, la minería,
la industria, etcétera.
La atmósfera corresponde a
la capa gaseosa que envuelve a la tierra. También se le llama aire. Es
transparente e impalpable. El aire puro, que se caracteriza por no tener sabor,
olor ni color.
El aire proporciona las
sustancias gaseosas necesarias para que se lleven a cabo procesos vitales de
los seres vivos como la respiración y la fotosíntesis. Además es una fuente de
oxígeno lo que posibilita la respiración en los seres vivos y la mantención de
cualquier sustancia combustible. Además aporta dióxido de carbono, el nitrógeno
y el agua gaseosa, los que se ciclan constantemente en la biósfera. Por
ejemplo, los seres vivos toman el oxígeno del aire al respirar y liberan
dióxido de carbono, que absorben las plantas verdes en la fotosíntesis, para
seguir entregando nuevamente oxígeno al aire.
También el aire actúa como
filtro de la radiación ultravioleta del sol, gracias al gas ozono que contiene,
ya que este refleja estos rayos.
En el hombre, el aire es
un medio para realizar combustiones que permiten el funcionamiento de
maquinarias facilitadoras de la vida y las tareas del hombre.
Químicamente, la atmósfera
está formada por una serie de gases, donde cada uno tiene una función
importante.
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